y a su amiga su atención,
que no es ninguna invención
lo que les cuento aquí, y ahora.
Comenzaré por la historia:
Han pasado ya dos años
desde que este grupo de teatro
se os aloja en la memoria.
De las tertulias nacimos
el libro y la magia del cuento.
Puso Luisa en marcha el viento
del barco en el que partimos.
Llegó Momi y la aventura
de hacer “Un patio de locos”,
como veis no somos pocos
haciendo realidad esta locura.
Pasa el tiempo y se comenta
desde Cádi hasta la Habana
que éstas que ya peinan canas
actúan, y no se lamentan.
No nos duele ná es el nombre
del grupo al que pertenezco,
subo a escena y no envejezco,
no es extraño que os asombre.
Temporada 2009:
Llega otro gaditano
Alberto y Momi mano a mano
¡Algo por dentro se mueve!
Pasa el tiempo y las jornadas
de teatro ya han pasado.
Cada sitio hemos llenado,
¡Corred, o ya no habrá entradas!
Con todo el cuerpo y la voz,
con mi mente y sentimiento,
con poco más de lo puesto,
voy descubriendo el amor.
El amor al escenario,
a aprender a hacer de otros,
a actuar ante vosotros
dándole vidilla al barrio.
El sueño va sobre el tiempo
flotando como un velero
y en su mástil agarrado
no va solo un marinero.
Van tantísimas mujeres
hilvanando sus tres velas
que ni la mayor tormenta
hará que se ericen sus pieles.
Y si las olas del mar
traen augurios de naufragio
¡no te vayas a preocupar!
¡siempre nos quedará el barrio!
Del Esqueleto volamos,
es sencillo navegar;
nuestra imaginación: cielo y mar
¿y el resto? nos lo inventamos.
Y si el teatro es un sueño
No nos duele ná es la siesta.
Que no hay sueño más placentero
que hacer de la vida una fiesta.
Y brindando a voz en grito
quisiera esta historia acabar:
¡por los años navegados!
¡por las ganas de remar!
Alberto Ayala
No hay comentarios:
Publicar un comentario