28/9/19

Extracto de "Purgatorio"

(Un hombre, sólo, desorientado, entra en una oficina)

H: Hombre, por fín, ya era hora de que me hicieran pasar, siento como
si hubiese estado toda una vida en esta sala de espera. Y cuánto indeseable ahí fuera: borrachos, seniles... todos riéndose de mí como si no entendiese mi situación.
Reconozco... que estoy un poco aturdido por el golpe, todavía tengo tierra en la cabeza.
Y que esta parte del hospital han debido reformarla, porque no me suena de nada...
Bueno, voy a dejar de hablar sólo a ver si al final van a tener razón los de ahí fuera.

(El hombre golpea un timbre, al principio tranquilo, poco a poco más insistentemente)

M: ¡Tranquilo, hombre! ¡Ni que se le fuera la vida!
A ver, ¿Roberto Lanudo?

H: Ese es mi nombre.

M: De profesión cartero, 34 años, casado, 70kg, 1 metro 75, se libró de la mili por los pies
planos, con una hipoteca de 14 años. Fallecido en accidente laboral.

H: Exacto... ¿cómo?

M: Bueno, podríamos considerar la caída de una maceta en su turno como accidente laboral.
Y no se preocupe, esta semana hemos tenido muertes mucho más absurdas que la suya: todavía se
comenta en los pasillos una del martes, un Tennessee Williams le llamamos, murió atragantado
abriendo un bote de pastillas con la boca. (La mujer ríe) Disculpe, es que si no nos tomamos
este trabajo con humor, cualquier día nos da algo (vuelve a reir). Perdón, perdón.
A lo que iba, entonces... ¿quiere denunciar a su empresa por accidente laboral?

(El hombre la mira perplejo, en silencio)

M: Entiendo, ha sido una muerte traumática. ¿Quiere que le derive al departamento de
atención psicológica?

¿Un cafelito?

H: No... no entiendo nada. Yo solo recuerdo que haciendo mi ruta una señora me gritó cuando
era demasiado tarde para apartarme de una maceta que hacía balconing. ¿Qué clase de
broma es ésta? ¿Acaso tengo cara de tonto? ¿la tengo? Si es que hay una cámara oculta
por ahí sepa que esta es una broma de muy mal gusto.

M: Supongo que entonces no querrá firmar su certificado de defunción. Es sólo un trámite,
pero nos aligera bastante las cosas.

H: ¿Es que no me ha escuchado, señorita?

M: Señora. Viuda de un viudo.

H: Me importa una mierda si su marido... bueno, lo que sea, ¡dígame donde estamos y
acabemos de una vez con esto!

M: No voy a permitirle que me hable así. Y menos en mi puesto de trabajo. Llevo muchos años
trabajando aquí y entiendo que no es fácil afrontar la muerte, pero yo no tengo por qué aguantar
que nadie me trate mal. ¿Cree que no sé por lo que está pasando? Aquí todos hemos pasado ya
por eso, así que limítese a responder a las preguntas que le hago para que pueda rellenar sus
formularios. ¿Entendido?

H:...

M: Aquí para todos es la primera vez. Entiendo que esto es muy raro. Pero no lo haga más
complicado. Le diré los asuntos que tenemos que tratar para que pueda pensárselos más
detenidamente.

¿Tiene alguna propiedad que no haya declarado a Hacienda?
¿Compró preferentes en Bankia?
¿Algún o alguna amante que pueda tratar de heredar?
¿Le gustaría tener la grabación de su entierro?

(El hombre empieza a reírse, al principio flojo, después a carcajadas. Ella empieza a reír también.)

M: Sé que puede parecerle surrealista, pero cuando lleve aquí unos años verá como no
le hace tanta gracia. Yo llevo aquí ya 8 años, a mi generación la llaman la “Generación Burbuja”.
Todavía estamos pagando la burbuja inmobiliaria. Somos los más numerosos, nosotros y los
del corralito de Argentina. Aquí expía antes sus pecados un asesino o un político corrupto
que un hipotecado. ¿O creía que lo de venderle su alma al diablo era solo un dicho?


15/9/15

El primer día

No sé donde lo leí. No lo recuerdo. Juraría que la he sacado de un libro que ojeé en la Libreria Yorick, cerca de casa. El caso es que además no la tengo clara. Viene a decir que el primer día de trabajo determina la calidad del resultado final. 

Ni tan mal quedó.

2/5/15

"DESTINOS" o la cafetera de Fidel

Antes de que se me pase ese regusto azucarado de Julián -personaje que interpreto en Destinos-, quería aprovecharlo para dedicar a esos momentos algunas palabras que llenen el vacío que deja un proyecto de estas características.

Anoche mismo comentaba Borja que nuestro siguiente reto debía ser rodar algo de ciencia ficción; y lo dice Borja, cuando en su casa salieron a saludarme cada día de rodaje Lex Luthor y Woody (¡hay una serpiente en su bota!). Cuando en las sesiones de ensayo disfrutamos de la compañía de R2D2, algo bajo de energía, pero ahí estaba. Me da por pensar en ese porcentaje de ciencia ficción que hay en la vida real algunas veces. ¿De dónde proviene el impulso que nos hace conectar, la combustión que nos hace reir juntos sin apenas conocernos? Así nos pasó a todas y a todos, creo, desde el primer día que Cándido nos citó, y hasta después de los cristales rotos, de las copas de vino volcadas, del último cigarro.

Se trata de una energía que sube y sube como la cafetera de Fidel -pero sin llegar a arder-, que se genera sin que sepamos de qué manera y que no es reproducible, es única como las personas que han trabajado en este cortometraje. Y es real, casi palpable.

No quiero daros las gracias, equipo. Creo que ya nos las dimos bastante durante el rodaje. Es más, afortunadamente parece que no va a ser tan fácil sacaros de la rutina.
Mi intención con este escrito es pediros la revancha, sigamos apostando, sigamos jugando.

¿Os hace?